lunes, febrero 16, 2009

Y eso que no salimos con nuestros deliciosos helados previos al evento. Tenemos un 82.

Mis domingos han cambiado radicalmente, y ahora gusto de ir y trepar las torres de satélite y deshacerme de unos cuantos satelucos al día. Este domingo paseaba con estos chamacones por plaza satélite y fuimos parte del compló para que un buen ciudadano deambulara en bikini por el centro comercial y desquitara así la manda que le hizo en el tepeyac a la virgencita que todo lo ve. Fue un éxito.. salió de martí, corrió por las escaleras electricas, casi besa a una chica, saltó entre dos personas y salió al estacionamiento.. Los polis solo dijeron: tenemos un 82. ¿Será tan específico? ¡oh claro un joven en bikini!, un 82... otro 82 este domingo.

Pero ¿qué más da? en las plazas uno siempre se anda agarrando del chongo con la autoridad, como cuando corría para llegar a tiempo a mi función en perisur y los polis me regañaban porque ¡¿CÓMO!? imagínese usted iba yo a andar corriendo por la plaza... ellos muy vivos en sus scooters me perseguían para que les diera una expliacación.

sábado, febrero 14, 2009

LOS QUIERO,

SI, a usted señorita que hoy se pinto la boca de conranzoncito, a usted cabellero que sumio la panza para acurrucar una cabeza y a usted amorfo ser que fingió equivocación y desconcierto para besar.

Los quiero chavos, como no.
y aunque este día me choca, ahí les van unos besos desenfocadosos, sabor a meta y mandarina.






miércoles, febrero 11, 2009

Crisis. Taxistas, los quiero.




Hace apenas un par de lunes abordé un taxi. Yo era una piltrafa humana; entre mocos, tosedera, lágrimas por acá por allá, berreos y en medio de feme señales de que algo andaba mal, muy mal... el cuasi diálogo se torno algo así:

-taxista: ¿a dónde la llevo señorita?

-Chica en aprietos: bshidgbfiwseguuuuaaapepan..

-Taxista acongojado: mmm...este... ¿a dónde?

-Chica en aprietos: ah ah aaaa, berreo,ptrrrrrrrr mocos mocos guuuuaaapepan.. todo tlalpan


Así tomamos dirección tepepeña. El taxista, la verdad, fue un tipazo, un cabellero, el taxista del año, pues. Me miraba de reojo e intentaba consolarme poniendo musiquita o la estación casual de los horóscopos de madrugada, un desastre.

Llegamos a tepepan y me cobro a penas unos pesos por semejante trayecto. Le dedique algunas lágrimas sobre los billetes, de tantita felicidad y esperanza hacia el género taxista. Si algún día lo topo, prometo super prometo invitarlo a comer la pizza más rica que jamás haya comido.

HOY HOY HOY, regresaba yo del cine y con mis ansias de llegar rápido, que abordo un taxi. Iba yo de copiloto.

Con mi suplemento Primera Fila bajo el brazo le dije claramente: porfis, Vamos a Tepepan .. el taxista super ducho supo la mejor ruta porque hasta vecinos de la colonia resultamos. De pronto, me ve leyendo muy entretenida mi Primera Fila (me intrigaba ver que escribían sobre la somnolienta Coraline que acababa de ver) el suplemento está dedicado al patético 14 de febrero.

-Uyyy señorita, ¿ya anda armando plan para el viernes?

-Chica en aprietos: no.

-Taxista: no se haga, si ya vi que es el periódico del 14 de febrero, ¿a poco no le emociona el amor?.

-Yo: No, el amor es un tema del que prefiero no hablar.

-Taxista: pe.. pero ...¿cómo de que no? osea, es el motor del mundo, mire la foto de mi familia, mi esposa, mis hijos... bla bla.

En pura consideración a mi amigazo taxista de hace unos lunes, decidí ponerle un poco de atención, cerrar el polémico suplemento y ver las fotos. Una ñora, gorda con rayos güeros, los hijos todos chilapastrosos, pero de fondo: una t.v. pantalla plana que me hizo pensar que era un buen padre de familia. También de paso me contó de sus "amiguitas ocasionales"...

El verdadero problema empezó cuando mencionó consejos para que yo encontrará al amor de mi vida y que la felicidad y los hijos y la cerca blanca cuidando que el labrador no se huyera.

No pude más y le dije que tenía una familia, una lindisisisima tele, pero que el amor amor, es un tema del que no me gustaba hablar. En serio. Muy indignado y ya a una cuadra de mi casa, me dice:

- Si se ofendió por lo de las infidelidades, ps mejor bájese, ¿que tal si conoce a mi esposa?.. pe. pero con mirada estupefacta, le dije que aún no llegabamos a mi destino y que yo ¿cómo iba a saber quién era su esposa?, si yo nun-ca estaba por mi colonia. Acto seguido, abrió la puerta y de su boca salió: dejelo así, no me pague, pero no quiero arriesgarme a que conozca o mi esposa y vaya con el chisme..y..y. La culpa.

¿WHAT? ¿Y la gente?

Ese taxista definitivamente no ha visto Revolutionary Road. Uff, mucha película, mucha verdad. Véanla todos.

Por otra parte, he reflexionado sobre lo adelantado de Ricardo Arjona y su famosa rola del traxista.