En mi casa hay un jardín, y en ese jardín habitan 3 de mis 7 gatosgigantes. Como todos los domingos, salí a cambiarles su agua, ponerles más croquetas de la marca rival a la de
8 de cada 10 gatos prefieren y verificar el estado de sus habitaciones por aquello de los inesperados aguaceros. El clima era muy agradable, así que decidí recostarme en el pasto y buscarle alguna forma conocida a las nubes. Tres parpadeos por minuto, luego.. dos parpadeos por minuto, hasta que me encontraba soñando de lo lindo. Bueno, lo de "de lo lindo" debe tomarse solo como una expresión, no literal. Ahí está el meollo del asunto.
El 24 de noviembre del 2006, fue un día de esos inesperados y que quedan en los recuerdos por trascendentales y por tomar decisiones viscerales y muy a lo wey. En su momento fue un de los más felices, aunque después pasaría al catálogo de los peores y ojalá jamás existentes días. En mi cabeza mientras dormitaba en el jardín de casa, se recreaba la escena de aquel azotado y trágico 24 de noviembre.
Luego, como era de esperarse, desperté con el corazón sobresaltado y Juan (mi gato favorito) sobre mi espalda. En ese momento recordé la teoría que se refiere a que los sueños son vivencias pasadas de esta o de otra vida. En este caso, es bien cierto...pero... si esa teoría aplica, quiere decir que:
- ¿Me he caído varias veces de una azotea roja?
- ¿He sobrevolado NY?
- ¿ESO (El payaso de la peli) me ha perseguido?
- ¿Me he robado zapatos de un mercado?
- ¿Han intentado matarme con jeringas en una casona transparente?
- ¿Le he cortado el pene a un tal fulano?.. ¡auch!
- ¿He estado en un banquete de manzanas?
y...
- ¿ALF (el extraterreste de la serie televisiva) fue mi hijo y yo, por mala madre, sufrí su muerte en mis brazos?.
Sniff.