¡Joven joven! Le regalo 480 horas completitas de mi vida...nomás favor de utilizarlas con decencia y buenas costumbres.

Ningún servicio social es decente y decoroso. Señorita, ¿qué vacantes tiene para hacer el servicio?:
Señora oficinista amable con calendario de paisajes con unicornios y naturaleza artificial variada responde:

1. Interesantííísimo: Monitoreo de publicidad en una estación.. ¡uy que divertido!
2. Archivar, archivar y archivar
3. Ah! esto tal vez te interese, eres de comunicación no? Comunicarles a otros oficinistas que archivos hay para cada radiodifusora..
4,5,6,7,8, etc.. ¿no te interesas por ninguno?

mmm... ¿cuál era el primero?. Desilusionada e imaginando mi oficinista futuro de burócrata gorda, con lentes, malcojida y en medio de sobres amarillos y con la lengua seca de babear para cerrar sobres, decidí no hacer mi servicio en el IMER. Chale, entiendo que nadie quiera hacer esas labores del mal, pero pobres de nosostros que nos someten y predisponen a labores oficinistas.

Hasta que hoy y por consejos del cineclub fui a la cineteca. Total, si he de ser archivista y oficinista, por lo menos que sea de cosas más divertidas. Las buenas noticias son que MUY probablemente sea por los próximos 6 meses la chica relaciones públicas, es decir, la chica que da información, vende los programas mensuales, pega carteles y manda la programación de una oficina a otra. Ya hasta me emocioné.

Y todo por ingenua, y confiada de que Marcos Márquez me amaría y reclutaría, pus ¡tómela! que nomás no me hizo su adjunta y ahora ando de ofrecida con mis 480 horas a cuestas y cárgando como el Pípila su piedrota.